martes, 28 de octubre de 2008

¡Ya salió La segunda Ronda!




¡Seguimos girando!
En esta segunda vuelta, La Ronda nos espera con muchas novedades y con la alegría de seguir unidos, trabajando por los demás y soñando con un futuro mucho mejor para todos.
Los invitamos a celebrar juntos el segundo cumpleaños del jardín “Cazadores de Luz”. Al mismo tiempo, abordaremos un tema muy duro, con el que convivimos muchas veces sin tomar real conciencia de su magnitud: la explotación laboral y la esclavitud. Conoceremos los testimonios de hombres y mujeres que lograron escapar de este tormento y se animan a denunciarlo.
Compartiremos también en esta Ronda, las actividades desarrolladas por los chicos en la Biblioteca y las repercusiones del 4to Té Solidario a beneficio del SSA, realizado en la Parroquia San Agustín.
Porque La Ronda la hacemos entre todos y queremos escuchar sus voces hemos creado un blog, que nos permitirá estar mucho más en contacto. La dirección es
http://www.revistalaronda.blogspot.com/ ¡Esperamos que nos visiten y dejen sus comentarios!
El Equipo del SSA


Agustina Bossio
Asistente
Alejandra Morant
Juegoteca
Andrea Festa
Desarrollo de Recursos
Angélica Kennedy
NOA
Cecilia Mezza Botta
Juegoteca
Daniela Quattrini
Jardín
Daniela Chaves
Juegoteca
Darío Ferreira
Fútbol
Florencia Corpa
Biblioteca
Florencia Mesa
Redacción Revista La Ronda
Franco Videla
Jardín
Gabriel Maizal
Computación
Gloria Claro
Biblioteca
Julia Barassi
Diseño Revista La Ronda
Leticia Martínez
Desarrollo de Recursos
Luciana Sánchez
Jardín
Magdalena Donnari
Fútbol
Nicolás Galeano
Fútbol
Romina De Felice
Contadora
Roxana Gonzalez
NOA
Santiago Miranda
Voluntario
Sebastián Martínez
Jardín
Vanesa Couzzo
Jardín

Dirección SSA
Inés Peire y Laura Marchesse




“Cazadores de Luz” de festejo
¡El Jardín del SSA cumplió 2 años!

Una mañana de invierno de 2006, nacía el Jardín Maternal del Servicio Social Agustiniano destinado a chicos de 1 a 3 años del barrio. Con él se cumplía el deseo de muchas mamás que traían a sus hijos más grandes al SSA y necesitaban también un espacio para dejar a los más chiquitos de la familia.
Cuando hace un tiempo pensamos en darle una identidad al Jardín se propusieron varios nombres que tuvieran que ver con actividades que realizaban los chicos. Tanto ellos como sus familias, los docentes y miembros de toda comunidad del Servicio Social Agustiniano participaron de la votación. “Cazadores de Luz”, fue el nombre elegido. Por entonces el Jardín funcionaba en la planta baja del edificio, en una sala muy grande pero bastante oscura.
“Un día, un rayo de sol entró por la ventana más alta del salón y cruzó todo el espacio. Los chicos corrieron y comenzaron a jugar, tratando de atrapar los rayos de sol con las manos. A partir de ese día comenzaron a descubrir nuevas formas de jugar y de mirar el mundo”, cuenta Daniela Quattrini, coordinadora del Jardín.
En 2007, el Jardín duplicó el cupo de alumnos y se mudó a la planta alta del edificio. Allí, además de contar con dos salitas tienen con un gran espacio para jugar y ¡muchísima luz! Han pasado por el jardín cerca de 60 niños, 30 de los cuales concurren actualmente. Tenemos 4 docentes: Luciana Sánchez, Vanesa Couzo, Florencia Caminal y Sebastián Martínez (¡sí, tenemos un maestro jardinero hombre!). Además, las clases de educación física están a cargo del profe Franco Videla.
Las mamás también tienen su espacio en el Jardín. Una vez a la semana asisten a un taller de computación a cargo de un voluntario que llegó al SSA desde Fundación Tzedaka.
De fiesta
El sábado 28 de Agosto el Jardín se vistió de fiesta para celebrar su segundo año de vida. Contamos con la presencia de mamás, papás, niños y niñas. De esta manera, compartimos con ellos la alegría de este nuevo año juntos. Vivimos con todos ellos un día de actividad recreativa con los chicos, nos emocionamos con el video que prepararon las seños y soplamos las velitas del Jardín.
Los chicos como siempre, pasaron la tarde jugando, saltando, disfrutando, yendo de aquí para allá. Son los dueños del lugar. Mientras tanto, los papás se ponen al día con las novedades entre sí y disfrutan un sábado en familia.
Uno de los primeros en llegar a la fiesta junto a su mamá María, fue Ricardo (2) quien comenzó este año en el Jardín. María nos cuenta que por las mañanas mientras Ricardo disfruta con sus compañeros, ella estudia computación.
Por su parte, la mamá de Benjamín (3), Fiorella se acercó al jardín en abril del 2007. Nos cuenta que lo encontró por casualidad un día en que estaba de compras y pasó por la puerta del SSA. Vió el cartel y se acercó a preguntar, allí la recibió Daniela, coordinadora del Jardín. Benjamín comenzó a los pocos días y para sorpresa de sus papás se adaptó enseguida al Jardín. En ese momento, el jardín funcionaba en la planta baja. Fiorella se encontró con su compatriota Lisset, que estaba buscando guardería para Erik (2) y le comentó de esta posibilidad. Lisset ya había escuchado hablar del Jardín y trajo a Erik.
Cortando la torta, encontramos a la mamá de Zamira (4) y Vera (2) que forman parte de “Cazadores de Luz” desde los primeros días. Jacquelinne nos cuenta que su sobrino venía a la juegoteca y le comentaron de la apertura del Jardín. Entonces, trajo a su hija mayor y su sobrina Mía (4) que comenzaron a venir y se enamoraron del lugar. “Los profes son un sol”, explica. Este año, empezó Vera (2) y Zamira que ya cumplió los cuatro años va a otro jardín pero cada vez que puede visita la biblioteca del SSA. “Salen diferentes del Jardín, se llenan de amigos de la misma edad y del barrio”, relata Jacquelinne. “Además aprenden muchísimas cosas: a pedir por favor y permiso, a servirse poco en el vaso para no volcar…”. Lo más importante para esta mamá es la confianza con que deja a sus chicos mientras trabaja, sabiendo que estarán felices y en buenas manos. Entre las mamás “también hay muy buena onda, festejamos los cumpleaños de los chicos y nuestros”, cuenta.
A su lado está su hermana, quien coincide y agrega: “Mía dejó los pañales y la mamadera, pero lo más importante es que aprendió a desenvolverse con os demás, es solidaria con sus compañeros. Mía cambió muchísimo, desde que viene”.
Todos los papás concuerdan en que la principal diferencia con respecto a los otros jardines es el trato con los maestros, “son muy accesibles y siempre nos mantienen informados de lo que hacen los chicos, los cambios, o podemos conversar con ellos si algo nos preocupa”.




Trabajo esclavo, entre nosotros
Por Alejandro Rebossio*


Más de 1,3 millones de latinoamericanos están sometidos en este siglo XXI al trabajo forzoso, según la Organización Internacional del Trabajo. Algunos padres de los chicos que asisten al Servicio Social Agustiniano no están ajenos a esta realidad. No encuentran otra forma de subsistencia que emplearse en los talleres textiles clandestinos de nuestra ciudad de Buenos Aires, en los que rigen condiciones de cuasi esclavitud. Aquí presentamos, el testimonio de tres extranjeros que afortunadamente lograron romper las cadenas del esclavismo moderno y relatan sus vivencias.
Hace diez años, Simona Velásquez viajó desde La Paz, Bolivia, con la promesa de un empleo de 200 pesos por mes. Al llegar a la Argentina, le informaron que sólo le pagarían al cumplir el primer año de trabajo. "Nos daban sólo dos pesos por día. Yo le decía al patrón que no nos podían hacer eso, pero él no nos pagó ni el sueldo anual", cuenta Simona.
Desde las 8 de la mañana hasta la una de la madrugada, de lunes a sábado, Simona hacía remeras, camperas y jeans. Sólo podía descansar 15 minutos para el desayuno, una hora para el almuerzo y otra para la cena. "No me dejaban salir porque estaba indocumentada", recuerda. Su hijo de cuatro años debía permanecer encerrado en una habitación contigua al taller, sin poder pasar ni siquiera al patio porque allí jugaban los hijos del tallerista. Los trabajadores dormían en una sola habitación, con cortinas que separaban a las familias.
"Al final no aguanté más y me dije: 'Nunca más vuelvo a Argentina'". Volvió a su país, pero cinco años después decidió regresar, esta vez para trabajar en el taller de su yerno. "Fue peor, él me decía 'No te voy a pagar, no me conviene'", recuerda. Una noche, Simona se escapó. Hoy, trabaja en la cooperativa La Alameda, del Bajo Flores. Esta organización ha denunciado marcas originales y falsificadas que se producen con trabajo esclavo.
En esa misma cooperativa, su compatriota José Luis, de 26 años, recibió orientación sobre cómo conseguir la residencia legal. Hace cuatro años José Luis estudiaba la carrera de agronomía en El Alto, popular suburbio de La Paz. Un día se quedó sin su trabajo de mozo y la tía de un amigo le ofreció empleo en su taller de Mataderos. "Me dijo que era fácil de aprender. Necesitábamos 300 dólares para el pasaje, pero ella nos lo pagó. Nosotros se lo devolveríamos con trabajo." Llegó a Buenos Aires, le mostraron las máquinas recta y collareta, y al día siguiente ya estaba cosiendo. De 8 a 24hs armaba remeras, por 15 centavos cada una, y camperas por $1,50. José Luis y un amigo se asombraban de lo mucho que se trabajaba en Argentina, pero un día en la terraza del taller vieron que el resto de la gente tenía una vida más normal. Pasaron nueve meses y, como José Luis era lento para coser, no había logrado juntar la plata para pagar su pasaje. Al plantear su descontento por la paga, su patrona le respondía que no podía aumentarles ya que además de las telas, ella debía pagar los servicios y comida de los empleados. José Luis insistió: "Nos están robando". Hoy, trabaja en blanco y tiene residencia legal.
Un caso similar es el de Cristina Mamani, que llegó a nuestro país en 1996. Hoy Cristina cose en La Alameda, pero durante 7 largos años fue trabajadora forzada. Estuvo en un taller de Caballito que se hizo famoso dos años atrás al incendiarse. Trabajaba de la mañana a la noche, al mediodía paraba para llevar a sus tres hijos a la escuela y a la tarde los recogía. Los chicos debían permanecer encerrados en una habitación el resto del día. Cristina les daba de cenar, los dormía y volvía a la máquina hasta la 1 de la mañana. "Yo ni siquiera comía", recuerda. "No podía estar pendiente de mis hijos ni hablar con ellos. Estaba todo el día sentada en la máquina. Cuando los domingos íbamos al parque, corrían como animalitos." En el taller, había una sola ducha para 70 personas, 20 de los cuales eran niños. Se suponía que Cristina iba a ganar 70 centavos por pantalón. Como entre su marido y ella confeccionaban hasta 1.000 prendas por semana, pronto el tallerista pasó a deberles 5.000 pesos, sin embargo sólo les daba 50 pesos semanales. Aquella tortura duró tres meses porque el local se prendió fuego.
A partir de entonces, las autoridades comenzaron a ocuparse más del drama de los talleres textiles con mano de obra esclava. De todos modos, todavía el gobierno nacional, bonaerense y porteño tienen mucho por hacer si es que les interesa erradicarlos.

*Editor del diario La Nación y colaborador del diario El País, de España
www.rebossio.blogspot.com


Estamos invitados a tomar el té…
¡La cuarta edición del Té Solidario del SSA fue todo un éxito! El evento se realizó el miércoles 10 de agosto en el SUM de la Parroquia San Agustín.
Contamos con la presencia de más de 90 personas, que vinieron a disfrutar de una tarde entre amigos para colaborar con el trabajo realizado en el barrio de Once por el Servicio Social Agustiniano.
Los asistentes disfrutaron de muy buena música a cargo de la pianista argentina Olga Kaplan, quien interpretó obras de Beethoven, Mozart, Schubert y Chopin. Los niños y niñas del SSA también estuvieron presentes a través de un video institucional en el que relataron las actividades que desarrollan en el SSA. Además, la jornada estuvo plagada de risas, adivinanzas y premios del bingo.
Colaboraron con nosotros voluntarios de 3er y 4to año del colegio San Agustín, quienes además de servir las mesas, ayudaron en el armado del salón y en el desarrollo del evento. ¡Gracias!: María Paz Andrade, Santiago Ignacio Bello, Paula Caruso, Agustina De La Fuente, Agustina Fuchinecco, Mariana Gomez Esnaola, Julieta Gonzalez Anaya, Martina Jacquelin, Agustina Lambardi, Alejandro Lenardón, Florencia Martín, Lucila Merino, Pilar Ocampo, Mariano Rubio y Martina Subizar.

Agradecemos muy especialmente a las empresas Confitería Itatí, La Nueva San Agustín, Tortas Como en Casa y Establecimiento Las Marías por acompañarnos.






¡Todos a leer!
Promover significa dar impulso, mover a favor de una cosa, darlo a conocer para su valoración. Pero también, se refiere a elevar a una persona a una dignidad o grado superior al que tenía.
A partir de esta concepción, es que la Fundación C&A desarrolla el Programa “Placer de Leer”, que promueve y fomenta el desarrollo de lectores y el valor del libro. “Entendemos la práctica de la lectura como medio de superación personal, de aprendizaje y placer”, explica Verónica Aftalión, coordinadora de la Fundación.
1er Seminario en Buenos Aires
Este año, la Fundación C&A celebrará el primer “Seminario Internacional de Promoción de la Lectura” en la Argentina. El mismo cuenta con el auspicio del Ministerio de Educación de la Nación y se organiza junto a CEDILIJ (Centro de Investigación de Literatura Infantil y Juvenil), organización que trabaja en el tema desde hace 25 años. Se llevará adelante del 29 al 31 de Octubre en el Paseo La Plaza, de la ciudad de Buenos Aires.
“Estamos trabajando en la organización de este evento desde hace casi un año, cuando culminó el seminario organizado por la Fundación en Brasil” explica Verónica. El objetivo es promover la importancia de la lectura y las buenas prácticas de este ejercicio, fomentar su debate y la difusión de aspectos teóricos y prácticos relacionados con la Promoción de la Lectura.
Contará con la presencia de importantes disertantes que participarán en conferencias, mesas redondas, charlas y debates.
La propuesta de “Placer de Leer”
Este evento forma parte del programa “Placer de Leer”, cuyo objetivo es promover la práctica de la lectura en niñas, niños y adolescentes en la Argentina. El mismo se desarrolla en conjunto con 24 organizaciones de la sociedad civil, entre las que se encuentra en Servicio Social Agustiniano, con la participación voluntarios de la Fundación C&A. En sus dos primeros años, este programa llegó a más de 15.000 personas.

En nuestro Mundo de Papel

Desde el año 2006, en el Servicio Social Agustiniano funciona la Biblioteca “Mundos de Papel”, que cuenta con el apoyo de la Fundación C&A. La biblioteca intenta generar espacios de pertenencia a través de dos propuestas: Taller Creativo para niños/as y preadolescentes de 9 a 13 años; y Club de Lectura, abierto al público en general.
“Buscamos promover el gusto por la lectura, a través de actividades que permitan y favorezcan el desarrollo de las potencialidades de los participantes”, nos cuentan Florencia Corpa y Gloria Claro, las coordinadoras de la biblioteca.
Taller Creativo propone que los chicos se aproximen a la lectura mediante distintas vías expresivas, y así comiencen a generar un vínculo diferente con el libro. Por su parte, el Club de Lectura es un espacio en el que chicos y grandes pueden desarrollarse como lectores y vivenciar, de una manera más personal, los diferentes modos de vincularse con los libros.
Durante los meses de agosto y septiembre, los chicos investigaron y trabajaron sobre Los Susurradores. Esta propuesta invita a murmurar secretos poéticos, filosóficos, matemáticos y literarios al oído de los hombres a través de cañas huecas (los Ruiseñores), enfrentando así la dificultad del ser humano para enfrentarse al mundo (para conocer más:
http://www.les-souffleurs.fr/).
Los chicos hicieron sus propios susurradores, redactaron poemas, los leyeron, ¡y los susurraron por todo el Servicio!!! Ahora llegan hasta tu casa en La Ronda. ¡Léelos en voz bajita y susurralo al oído de los que tengas cerca!


Sin vos me arranco el corazón
En silencio está mi mente por tu culpa.
Gastón
Tu corazón es triste
el silencio lo describe.
Quiero ser un susurrador
para decirte algo dulce.
y transformarte a vos.
Danilo

Amor es tu cara
Amor es tu cuerpo
Amor es tu vida
Amor es la vida
entre tú y yo.
José

Vos sos dulce y yo también.
Vos sos mi corazón y yo soy vos.
Enzo

Algunos quieren a la luna,
otros el sol,
pero lo único que yo quiero
es un lugarcito en tu corazón.
Nico

Biblioteca Mundos de Papel-Servicio Social Agustiniano
Taller Creativo/Club de Lectura 2008
Coordinadoras: Claro, Gloria
Corpa, Ma. Florencia